En agosto de 2025, Petróleos Mexicanos (Pemex) presentó su Plan Estratégico 2025-2030, en el que detalla la ruta a seguir para alcanzar la autosuficiencia y garantizar su viabilidad económica a largo plazo. Para lograrlo, la empresa estatal plantea incrementar sus ingresos, reducir costos estructurales y optimizar su perfil financiero.
En este esfuerzo, el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Energía (SENER) y con el respaldo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ha enfocado sus acciones en llevar a Pemex hacia una posición financiera más sólida. De hecho, la SHCP proyecta que la deuda de la petrolera se reduzca a 77.3 mil millones de dólares para 2030, lo que implicaría una disminución del 26 % respecto a los niveles de 2018. Para avanzar hacia este objetivo, se han diseñado nuevas estrategias de financiamiento. Por ejemplo, en la última semana de julio de 2025, la Secretaría emitió notas pre-capitalizadas por 12 mil millones de dólares con el propósito de proporcionar liquidez a corto plazo, permitiendo a Pemex cumplir sus compromisos financieros, bancarios y con proveedores.
Paralelamente, se trabaja en la optimización financiera y en la mejora del perfil de deuda de la empresa. Un hecho relevante es que la calificadora Fitch elevó la calificación crediticia de Pemex de B+ a BB, con perspectiva estable, tanto en moneda local como extranjera a largo plazo. Este avance refleja una mayor confianza del mercado en la capacidad de la compañía para cumplir con sus obligaciones.
Asimismo, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) anunció la creación de un vehículo financiero que pondrá a disposición hasta 250 mil millones de pesos para financiar proyectos estratégicos de inversión en Pemex. Esta medida busca fortalecer su capacidad operativa y respaldar su crecimiento en áreas clave.
Durante la presentación del Plan Estratégico, Pemex también destacó su intención de dar un mayor impulso a la producción de activos, implementando acciones específicas como desacelerar el declive en yacimientos maduros, reactivar campos con potencial de crecimiento, explorar y desarrollar yacimientos cercanos a campos ya existentes, así como incursionar en áreas frontera y formaciones geológicas complejas. Estas estrategias, en conjunto, buscan consolidar la producción, diversificar las fuentes de extracción y garantizar el suministro energético del país en el mediano y largo plazo.
Un giro interesante es que dentro de estos planes se considera que PEMEX trabaje en proyectos de energía renovable, en conjunto con entidades como la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacimiento, el Instituto Mexicano del Petróleo, entre otros, dentro de 39 campos con potencial para generar 7 MegaVatios con energía solar, eólica y térmica. Se considera también realizar estudios geológicos y químicos para producción de hidrógeno natural, así como la extracción de litio a partir de salmueras petroleras, con cinco campos identificados hasta el momento.
El plan no solo busca sanear las finanzas de la empresa, sino también reposicionar a Pemex como una compañía con estándares de eficiencia y resiliencia equiparables a los de sus pares internacionales. La combinación de disciplina financiera, modernización operativa y diversificación de fuentes de extracción constituye la base para que Pemex contribuya de forma sostenida a la seguridad energética nacional, al tiempo que mejora su competitividad global.